Al suroeste de la capital, Dodoma, cerca del lago Tanganica, el Parque Nacional Katavi es uno de los parques africanos con mayor biodiversidad. En un territorio no particularmente amplio, la increíble cantidad de animales, aún no habituados a los vehículos de los pocos turistas que se aventuran, hace que la experiencia de visita al parque sea aún más auténtica.
Búfalos, jirafas, cebras y antílopes se mueven a millares en un ambiente natural incontaminado y salvaje, pero no faltan jirafas, hienas maculadas, guepardos, leopardos, leones y licaones.
Territorio rico en agua, regala el espectáculo de grandes concentraciones de hipopótamos y cocodrilos que, en la estación seca, a veces luchan con furiosos ataques por la conquista del territorio, pero sobre todo vagan entre las riberas y el agua en una mágica y silenciosa armonía, mientras que los numerosos y coloridos pájaros revolotean sobre sus cabezas.
Como en otros parques del Sur, la rica vegetación se caracteriza por el miombo.
Entre los muchos reptiles presentes también está la famosa mamba negra, que puede alcanzar una longitud de 4 metros.